Es una situación, esta, en la que los partidarios de la independencia
defienden su razón pero la constitución de 1978, que ellos también firmaron, no les permite ejercer su “derecho”,
al que ellos mismos renunciaron al firmar el texto actual.
Quienes defienden de buena fé la independencia de Cataluña han de tener
en cuenta que el mundo no comienza el día en que algunos de sus representantes
deciden decir su verdad sin tapujos.
La verdad es que respecto de la independencia siempre ha
habido una parte de Cataluña que la ha querido. Lástima que haya faltado
sinceridad en algunos de sus más carismáticos dirigentes y hayan estado
décadas fingiendo que aceptaban el estado de las autonomías. Debieron ser
más sinceros. Así, no vale. Así, lo que ocurre es que tras más de tres décadas
de connivencia con los distintos gobiernos de España y de pedir continuamente
más competencias para su comunidad a cambio de apoyar a izquierdas
y derechas en el parlamento nacional, ahora se quitan la máscara y
lo dicen claramente. Se agradece la sinceridad. De verdad. Mucho más después de
tantos años de apariencias, pero lo de la solidaridad catalana con el resto de
España, su apoyo a la estabilidad de los distintos gobiernos, su
contribución a la normalidad en el funcionamientos de la instituciones
democráticas, su aportación solidaria con el resto de las autonomías, etc. etc.
tantas veces expuesto por los dirigentes políticos catalanes,
sinceramente, suena más bien a cuento para niños.
Esta falta de sinceridad primigenia coincidió con la época de Adolfo
Suarez, a quien se nos presenta como el gran héroe capaz de gestionar una
transición ejemplar, según nos dicen, pero que en realidad permitió que se
iniciase este “viaje a ninguna parte” el cual tendrá un coste y que
lamentablemente no será solo un coste político. Como siempre, las
decisiones las toman los políticos (en nombre del pueblo, naturalmente)
pero … pero después, curiosamente, los costes solo los paga el pueblo.
De esto no tengo muchas dudas. Se pueden imaginar varios caminos
de futuro pero en todos ellos, con alto coste para todos. ¿Por qué?
porque no se puede tomar decisiones al margen de la constitución. Y si se
toman, se corre el riesgo de no poder volver atrás. Esto lo saben perfectamente
los dirigentes catalanes que proponen la independencia sin un marco
legal que lo permita. Y sin embargo la toman, ¿Por qué?
Creo que urge una explicación clara por parte de los dirigentes
independentistas al pueblo catalán. Urge, digo, explicar a todos los catalanes
por qué, los mismos que firmaron la constitución ahora dicen que ni
siquiera una reforma sería aceptable. Explíquenlo bien porque de no hacerlo
alguno puede comenzar a preguntarse ¿Cuando nos mintieron? ¿Antes o
ahora?
Repito; Así, no se juega. Esto es mas serio.
Tres apuntes:
1) Si ha firmado Vd. un compromiso, cúmplalo.
2) Si entiende Vd. que dicho compromiso ya no le es
suficientemente favorable, desvincúlese de él pero utilice las reglas de
juego que son, para todos. La constitución.
3) Y si esta no es favorable a sus deseos, busque los
apoyos necesarios y haga que se reforme de tal modo que permita la
independencia.
Y, finalmente, si no pensaba cumplirlo desde un principio… pues oiga...
No hay más comentarios.
Solo uno. A ver si se aclaran, por favor.
2014-08-01
Emilio Martínez Arrés

