Emilio Martínez Arrés http://www.facebook.com/emilio.martinezarres
Hola a todos. La indecencia es algo
que ha existido siempre. Unas veces la intuíamos, otras la sospechábamos y en
alguna ocasión tuvimos la certeza de que haberla, habíala.
Que en las condiciones en las que
está este país, al que en algún tiempo se le podía llamar España y no sentir
vergüenza, sigan produciéndose estas indecencias, ya no podemos achacarlo, a la
dictadura, ni a la iglesia, ni a los militares retrógrados.
La culpa. La culpa al 100 % es de
quienes tenemos la suerte de vivir en una época en la que la información fluye
un poco más clara y está al alcance de muchos. Ahora, sabemos lo que cobran
estas personas por el hecho de ser políticos. Pero como los hemos puesto
nosotros a nadie podemos culpar que sigan años y años forrándose mientras este
país se empobrece por días. Se han aumentado el sueldo cuando han querido y les
hemos seguido votando y si hemos cambiado el signo de nuestro voto no ha
servido de nada porque para esto de los sueldos siempre lo aprueban por unanimidad.
Es decir, que si al hecho de la diferencia de salarios entre un empleado o un
parado y un político se le puede llamar hoy indecencia, tengamos claro que la
indecencia principalmente parte de nosotros mismos que no tenemos coraje ni
para protestar con contundencia y con más eficacia, cuando vemos como, ante
nuestros propios ojos se forran, sin importarles el momento económico que
atravesamos.
Creo que es hora de que se enteren
de que no viven en un país de tontos. Por esto y porque si no cambian pronto las
cosas nos vamos a ver tan mal como puedan imaginarse es hora de salir a la
calle y decirles. A ROBAR AL ESTRECHO. En otras poblaciones próximas se están
comenzando a organizar movimientos para canalizar esta protesta que tendría
como final un día de paro completo en todo el país. Que sea desde
Elda desde donde salga el movimiento más fuerte y que se acuerden de nosotros
por un tiempo. No les será difícil recordar que, durante la transición, la
primera huelga del sector calzado se llevo a cabo aquí. Aquí también tuvimos
tristemente, la primera victima. Ahora no ocurriría, supongo; pero el recuerdo
les haría prestar atención a esta ciudad que está hasta las pelotas de malvivir
mientras ellos solo conciben la crisis como una serie de números que no cuadran
demasiado. Pero la crisis la verdadera crisis es un verdadero drama para gentes
con nombres y apellidos.
El último zapatero, la última
aparadora, demuestran, más decencia que todos ellos juntos.
!! YA ESTÁ BIEN, CONO!!
Elda 30/09/2009
E. M. Arrés

