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miércoles, 20 de marzo de 2013

TODOS SOMOS LA VIDA





                      Solemos asentir cuando oímos decir aquello de que el hombre vive su vida y que cada cual lo hace como puede, sabe, o quiere.
       No hay ningún hombre que tenga “su” vida propia. El transcurrir del tiempo (elemento inexorable de condicionamiento universal) sobre la finísima línea de luz que cruza el espacio de lado a lado que supone la vida, hace que esta transcurra a modo de gran río que a veces con aguas calmas y otras arrolladoras, embravecidas y turbias juegue con el hombre como si de un palillo se tratase. ¿Cómo puede ser que tenga “su” propia vida si ni siquiera le es posible dominarla?
         Es sorprendente que el hombre siga diciendo. “NO DEJARÉ QUE NADIE INTERVENGA EN MI VIDA. NADIE ME VA A DECIR QUE TENGO QUE HACER CON MI VIDA”
      No es el hombre en fin quien dispone de la vida sino el tiempo. El transcurrir del tiempo hace nacer vivir y morir al hombre y en ese espacio de tiempo millones y millones de personas han tenido experiencias parecidas cuando no sospechosamente iguales.
     Lo siento, pero he de decirles que la vida más importante no es la de cada uno de nosotros. Eso es lo que pensamos siempre. Dudamos de muchas cosas, pero de esa.......... De esa precisamente, NO. NUNCA.
      Doy por imposible el hecho de que tantos seres que pueblan el mundo tengan razón en la misma cosa y además pensando de manera totalmente opuesta. ¿No resulta esto llamativo? Ni aún así, acabamos de caer en la cuenta de que, todos, todos nosotros, somos una misma cosa. LA VIDA.
Elda 06/09/2009
E. M. Arrés.



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